Los platos de comida gourmet no me satisfacerían, equivalen como a un décimo de lo que me preparaba mi madre, la cual siempre me vio flacucho (bueno, soy flacucho).
Los platos de comida gourmet no me satisfacerían, equivalen como a un décimo de lo que me preparaba mi madre, la cual siempre me vio flacucho (bueno, soy flacucho).
no solo eso, dormir cada noche en un hotel distinto tampoco es nada saludable
por lo que si acuden con un acompañante, éste tendría que pagarse su plato.
Aguantando tonterías en la oficina probablemente tampoco, así que creo que no me importaría el cambio.
En un principio parece el mejor trabajo del mundo, pero comer 240 veces por año en un restaurante a cuerpo de rey seguro que no es bueno para la salud.