No es que “deje de sonar”. Es que deja de tener rebotes (eco), a los que el cerebro está tan acostumbrado que le saca de quicio que no estén.
No es que “deje de sonar”. Es que deja de tener rebotes (eco), a los que el cerebro está tan acostumbrado que le saca de quicio que no estén.
Un dron puede llevar un GPS y recibir la orden de llegar a unas coordenadas, con lo que le importa un rábano que pongan inhibidores.
Igual no te suena, pero hay una película que pone un escenario “ligeramente” diferente: Battle of the damned. Dolph Lundgren, robots... y zombis ;-)