El Dorado sí existió. Era una ceremonia en la Laguna de Guatavita, cerca de Bogotá Prehispánica, donde el cacique era cubierto con polvo de oro en una barcaza de madera también cubierta con polvo de oro depositaban artefactos de oro en el centro de la laguna como ofrenda o algo así. Tuvo que ser esplendoroso.